Hace 10 minutos
La mayoría de los hombres que venden dólares en calle Florida son extranjeros. Esta mañana reinaba el desconcierto: “No sabemos a qué precio pagar para comprar y para vender”. Detalles de un negocio ilegal.
Esta mañana, en el Microcentro porteño, hubo más curiosos que operadores con dólares. Una fuerte expectativa se había generado a las diez de la mañana, cuando todavía llovía y las casas de cambio levantaban sus persianas y fijaban en sus pizarras electrónicas el valor de la moneda extranjera.
“Compra dólar EEUU, 15.00” decía la vidriera de una casa de cambio en Sarmiento y San Martín, plena city porteña. Los móviles de televisión captaban las primeras imágenes del fin del cepo.
A tres cuadras de allí, en calle Florida, el panorama era de desolación.
Yo vine de Perú y estoy preocupado porque tengo a mis hijos allá"
-El levantamiento del cepo nos perjudica totalmente. No sabemos a qué precio pagar para comprar y para vender – contó a Infonews un arbolito que ofrecía dólares a quince pesos al costado de un puesto de diarios.
Con las medidas anunciadas ayer por el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, para comprar moneda extranjera ya no es necesario pedir autorización ante la AFIP y el límite para la compra es de hasta dos millones. Esto afecta el negocio de los arbolitos que, claro está, es ilegal.

“La mayoría somos extranjeros. Yo vine de Perú y estoy preocupado porque tengo a mis hijos allá, son tres y tengo que mandarles dinero para comer” contó el hombre, 35 años, calvo y cadenas de plata en el cuello.
El arbolito pidió reserva de identidad y contó que llegó desde Perú a Argentina, hace un año. “Estoy esperando mi documento para poder trabajar. Soy conductor de buses”, aseguró. Su trabajo, hasta ahora, consistía en la venta del dólar paralelo.
“Es una tarea de mucho riesgo. Muchas veces no se sabe a quién le compramos. Algunos vienen de la mafia, vienen con cantidades de dinero impresionante. Entonces uno dice, este debe ser narco y no le cambiamos. No nos metemos en problemas”, dijo.
"Muchas veces no se sabe a quién le compramos. Algunos vienen de la mafia"
Lejos del lamento de este arbolito –y de muchos otros que operan en calle Florida- una mujer, con piloto y ojotas, celebraba el fin del cepo:
-Ahora comienza la timba. Así yo me pude comprar dos casas- dijo a la cronista de este portal y se alejó con destino a Casa Piano, una de los lugares de cambio más conocidos en el centro porteño.
Si bien esta mañana no hubo fiebre de dólar libre, ya que en Microcentro no se vieron a compradores de dólares desesperados por obtener moneda extranjera, la expectativa fue intensa. Y también hubo quejas como la de un hombre que pasó frente al móvil de Canal Trece insultando al conductor que celebraba, transmitiendo en vivo, el levantamiento del cepo.
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